Como sabéis en el colectivo hay una gran preocupación con el avance del rabo de gato en todas las islas y sobre todo en donde nos toca mas de cerca, en Tegueste.
Como vemos que la administración local hace poco y lo poco que hace es casi peor que no hagan nada, ya que se saltan el protocolo ocasionando el efecto contrario, es decir, en vez de aplacar la plaga, lo que hacen es aumentarla.
Después de haber participado en acciones de este tipo a nivel particular y con el colectivo Desaplatánte y ATAN, hemos emprendido un proyecto que estamos dándole forma de una forma práctica.
La idea es concienciar a los vecinos del peligro real que hay para nuestro ecosistema y que al contrario de lo que se suele escuchar, eso de «que con esto no hay quien acabe», si entre todos nos organizamos, seguro que lo conseguimos.
El objetivo final no es fácil y además es a largo plazo; también hay que tener en cuenta que se necesita la colaboración de la administración y que hay que seguir un estricto protocolo.
Uno de los problemas fundamentales es que hacer con la semilla recolectada en sacos de plásticos. El protocolo dicta que hay que meter las semillas en agua durante 5 meses.. pero no hay suficientes depósitos para todas las semillas que se puedan recaudar, así que hasta hora, nos tenemos que buscar la vida para colocar las bolsas en una administración hoy y en otra mañana.
Van surgiendo ideas entre el colectivo MUP como la de señalar los terrenos donde hay que actuar, hacer un mapa señalando las zonas infectadas de rabo de gato, señalar con piedras pintadas de colores la acción que se está realizando en un terreno determinado, etc, etc. La verdad que ideas no faltan.
Como el camino se demuestra andando, y hartos de pasar por el camino del naciente bajo el arco del rabo de gato, a un lado y a otro del camino, decidimos erradicar el rabo de gato del camino y el pasado sábado 28 de octubre de 2017 convocamos la primera añada.
A las 10:00 de la mañana Patricia, Eva y Manuel se dieron cita en el camino y empezaron organizando la tarea. Eva y Patricia subirían desde un punto hacia el cantero de Aloe, mientras Manuel, escalera en mano, se dirigía al muro del inicio del camino para despejar esas grandes matas.
La mañana se iba echando encima mientras se avanzaba por ambos frentes. Pasó un grupo guiado que apreció y pregunto por lo que hacíamos, también paso Siliva que nos trajo agua fresca y echo una mano en recoger matas del suelo.
Sobre las 14:00 horas paramos el trabajo y delimitamos el espacio donde trabajamos con 2 piedras amarillas, con las que poco a poco queremos ir visualizando las acciones y concienciando al personal.
Bueno, a ver si para la próxima convocatoria somos más y le pegamos un tirón al camino del naciente, paseo diario de much@s teguester@s.