El día 20 de mayo 2017, la actividad del día fue la terminación de la espiral de aromáticas. Fue un día fantástico no sólo por la actividad a realizar por la que estábamos muy ilusionados de materializar, sino porque se dieron muchas circunstancias favorables.
Fuimos Eva, Adrián, Silvano, Nieves, Hugo, Lourdes y yo, Patrichi, un número perfecto para la realización de la misma, encargándonos todos de diferentes actividades pero muy cohesionado con charlitas bromas risas y conociéndonos entre algunos.
Ya había sido empezada por una compañera (Eva precursora de la actividad) haciendo la base de la misma días anteriores. La ventaja de la espiral es favorecer el agua que va desde arriba hacia abajo poniendo en la parte más alta las plantas menos exigentes en agua y en las de abajo, las que más necesidades hídricas requieren. Y al ir bajando el agua las riega un poco más.
Además al hacerlas de esta forma, en altura, permite llegar de forma más sencilla a todas ellas sin necesidad de pisar el espacio que ocupa. Para ello, tuvimos entre otras actividades( limpieza de malas hierbas, recogida de basura que iba apareciendo al escarbar, riego de la cama de cultivo hecha en otras actividades…etc) recoger piedras que íbamos encontrando en la zona y de forma espontanea y al parecer, como escombros de una obra pasada, dimos con roca volcánica que por sus formas variadas y colores rojizos intensos, le dio un toque muy artístico, llamativo y alegre.
El tiempo acompañó en todo momento estaba fresquito, nublado y agradable para trabajar. Mientras lo hacíamos además de conversar, tuvimos tiempo de para unos cantecitos e intercambio de pareceres, algunas risas, en definitiva unas horitas muy divertidas y saludables invertidas para el bien común.
Siempre, como ocurre con cualquier actividad, se presentan algunos inconvenientes y en este caso, la tierra con la que pensábamos trabajar, de allí mismo, de una huerta baluta colindante, estaba muy pobre en nutrientes y endurecida, así que deliberamos y decidimos que lo más sencillo y rápido era coger otra tierra más sana de mi casa que es la mas cercana, cogimos de allí la que nos faltaba y dato importante,” NO está tratada CON VENENO”.
Con lo que los pequeños inconvenientes se iban resolviendo de forma fluida y sencilla y en colaboración total, ayudándonos entre todos, aportando ideas y ejecutando el trabajo, muy pero muy motivados, entretenidos e ilusionados.
La colaboración de Elena y Juanma, vecinos de enfrente es un factor a destacar, ya que nos facilitan el trabajo, aportando el agua, fundamental, para poder materializarlo, de otra forma tendríamos que estar llevando las garrafas que dificultarían mucho la acción. Además de esto nos llevaron unos frutos secos, café y unos refrescos que nos dieron un chute energético a mitad de la actividad y nos reactivó permitiendo compartir también con ellos y hablando de otras cositas ajenas al trabajo.
Lo bueno de estas acciones, aparte de lo ya mencionado, es que van
enlazando posibles proyectos para un futuro. En esta actividad mientras recogíamos piedras una compañera (
Lourdes) descubrió, unos cuantos
granados faltos de abono, de agua y de amorcito, que vamos a intentar rescatar y unos
claveles de aire escondidos que se aprovecharon y se colocaron en el muro del fondo que está un poco feo y hemos pensado arreglar y
poner más bonito, pintarlo y/o escribir un
mensaje bonito…..
Resultado, aparte de una
mañana divertida, diferente, entretenida y bonita, una auténtica
obra de arte, una
escultura llena de vida y salud, que creo sinceramente que tendrá una
gran repercusión y causará un
gran interés.
Allí mientras la realizábamos a uno de los compañeros, Silvano se le ocurrió el nombre de “EL CARACOL” y a tod@s nos encantó y creo que así se va a quedar. En definitiva un deleite para todos los que compartimos el ratito y auguro que también para quien pasee por la zona y si no lo creen, pasen a verlo y juzguen por ustedes mismos.
Saludos a tod@s.
Patrichi